La organización Manos Unidas ha editado un libro infantil bajo el título de El desván del abuelo Trotamundos y su divertida familia. Este material didáctico se autodefine como "de información, actividades y fantasía" y narra cómo el pequeño protagonista, Shanti, sube un día al desván de su abuelo Edmundo y se dedica a examinar el contenido de varios baúles, cada uno de ellos perteneciente a un miembro de su familia. El motivo de hacernos eco de esta publicación en nuestro Programa de Fiestas es que, hojeando sus páginas, encontramos un simpático detalle: resulta que la casa del abuelo, en la que se desarrolla la acción, está ... ¡EN EL HOYO DE PINARES!
En efecto, el cuento empieza diciendo textualmente: "Casi todos los sábados Shanti va con sus padres a casa de los abuelos Edmundo y Remedios. Viven en un pueblo de Ávila llamado Hoyo de Pinares. Su casa es muy grande, de madera, con tejado a dos aguas y está situada justo enfrente de un pinar. Allí tiene la oportunidad de hacer montones de cosas diferentes, como buscar níscalos entre los pinos, coger moras, subir a la montaña o bañarse en el río con sus amigos...". Después, a lo largo de sus páginas, nos encontraremos con personajes como el tío Silvestre, que tiene en El Hoyo de Pinares una asociación de defensa de los animales, el tío Pepino, que tiene en el pueblo una Venta para viajeros, o la tía Magnolia, una imaginaria jardinera del Ayuntamiento...
La explicación de que nuestro pueblo sea el escenario de este relato infantil es que su autora, Sonia Cáliz, veraneó aquí en su infancia, hasta que cumplió los cinco años. De esta villa guarda unos vagos recuerdos, pero todos ellos muy gratos: "Alquilábamos -me cuenta Sonia- la planta superior de una casa, y en el piso de arriba vivía una familia muy numerosa, con hijos muy traviesos. Desde ahí, veíamos el pinar soleado y también contemplábamos los días de tormenta. Muchas veces salíamos a pasear y a mí me encantaba comer piñones". Su padre, fotógrafo, buscaba captar siempre las imágenes más hermosas de un pueblo que Sonia conserva aún, lejano e idealizado, en su memoria: "Mis tres hermanas, mayores que yo, tocaban respectivamente el laud, la guitarra y la mandolina y yo a veces les acompañaba a dar clase con D. Julián durante el verano". Se refiere a Julián Gómez, a quien los vecinos conocía más por tío Braulio, y que fue el alma de la rondalla local en aquella época.
Sonia Cáliz hoy tiene 28 años, es periodista y grafóloga, y viene colaborando en diversas publicaciones. Tiene editados, siempre con Manos Unidas, otros dos libros infantiles: Trip, el gusano viejo, que intenta educar a sus lectores en el respeto a la diferencia, y Rasoa sueña que está orientado a la educación para la salud y cuya acción se desarrolla en Madagascar, donde un niño imagina cómo dar solución a todos los problemas de su pueblo. Como voluntaria de Manos Unidas, Sonia ha viajado a Togo, y en Madrid colabora habitualmente en la elaboración de materiales didácticos para el Departamento de Educación Formal de esta entidad.
Manos Unidas es una O.N.G. que trabaja desde una perspectiva de solidaridad con las poblaciones más empobrecidas. Es de inspiración católica, pero, al margen de cuales sean las creencias de cada uno, nadie puede negar que desarrolla una actividad encomiable.
Desde la década de los sesenta, comenzaron a realizarse en nuestro país, principalmente en las parroquias, las famosas Campañas contra el hambre. Esta iniciativa se institucionalizó luego en una personalidad jurídica con fines más amplios, y así nació lo que hoy es Manos Unidas. Durante estos años, muchos voluntarios han venido trabajando, con el objetivo de la cooperación para el desarrollo, desde una organización que carece de ánimo de lucro, posee independencia con respecto a los poderes públicos y se esfuerza por crear un espacio de participación social y un cauce de solidaridad. Son numerosísimos los proyectos puestos en marcha para luchar contra la miseria, la mala nutrición, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción. Pero Manos Unidas no sólo financia, pone en marcha y controla el buen fin de proyectos agrícolas, sanitarios, educativos y sociales, encaminados a mejorar las condiciones de vida de los más necesitados. Todo esto se acompaña con una intensa labor de sensibilización en nuestro país, a través de campañas puntuales y de la elaboración de material didáctico para los educadores. Por lo demás, la gestión de sus fondos, de la que rinde pública cuenta, es ciertamente eficiente: de cada 100 pesetas que se obtienen, 93'7 van al tercer mundo y sólo 6'3 se destinan a gastos de administración y a campañas.
El próximo día 29 de septiembre, si no surge ningún inconveniente de última hora, Manos Unidas tiene previsto instalar una mesa informativa a la puerta de la Iglesia Parroquial, a la salida de la misa con la que honraremos a nuestro patrón San Miguel Arcángel. Será una buena ocasión para que los padres puedan adquirir para sus hijos este simpático libro intantil, que cita el nombre de nuestro pueblo como escenario de su aventura. Pero, más allá de ese detalle anecdótico, al adquirir este cuento estaremos colaborando con una iniciativa que bien merece nuestro respaldo. Sería un bonito detalle que, en unas fechas tan especiales para el pueblo como son nuestras Fiestas, tuviéramos un gesto solidario con los que no van a poder disfrutar como nosotros.
De esta forma, contribuimos a que los más necesitados en otras partes del mundo pueda ir contando con cosas que todos consideramos básicas: alimentos, salud, educación... Eso es lo fundamental, pero podemos también ofrecer a los más pequeños de nuestro pueblo la oportunidad de disfrutar con esta amena lectura, de conocer las divertidas historias del abuelo Edmundo, el viejo marinero que, en la viva imaginación de Sonia Cáliz, tenía una casa en El Hoyo de Pinares.
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Fuente | Publicado en el Programa de Fiestas San Miguel 1997.
Ilustraciones | Portada y página del libro El desván del abuelo Trotamundos y su divertida familia.